jueves, 19 de noviembre de 2015

La llave



La llave.

En un bosque profundo buscaba el antiguo soñador, buscaba la llave, el tesoro de su amor.

Se le dijo que en lo profundo, un tesoro había, enterrado bajo un árbol, bajo el árbol de la vida.

Se acerca a él, el duende vagabundo, creador de sueños; feliz y profundo.

-La llave debéis encontrar, sin ella el tesoro no abrirás, con ella, muy feliz serás.

-¿Donde he de buscarla? mi vida entera la he esperado, sólo en mis sueños, pude haberla contemplado.

-La llave del amor, es justo el amor mismo, no busques con la lógica, no hay mapas al corazón.

En la tibia y fría madrugada, mis manos ya cansadas, mi cuerpo ya agotado; ¡duelen! ¡Duelen! y ya cuando toda la tierra he quitado, mis ojos ante el cofre, se han maravillado.

¡La miro! ¡La abrazo! ¡La amo! Y es el amor el que abre la cerradura de su corazón.

Ahora somos dos en lo profundo del bosque, ahora reposo bajo su regazo, ahora mi alma es también la suya, ahora su alma, es también la mía.

Son sus besos, sus suspiros, sus gestos, sus abrazos, ¡todo su tesoro! ¡Ella es mi todo! ¡Todo lo que amo! ¡Todo lo que vivo! ¡Lo único que sueño!

Es Cecy, el manuscrito ya encontrado, la miel de mi corazón, el amor de mi vida.

Un amor que sabe a chocolate, que sabe a vida, que suena a canción. 

Un amor que late, ¡un amor único!

Y es que al verte acelero mis pasos, ¡mi rostro se ilumina! mi corazón se agita cual inquietó chiquillo, ¡única! ¡Única! ¡Así es Cecy mi bello amor!

Te amo, te amo, ¡TE AMO!
Cecy el amor de mi vida.

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